Saludos, ciudadanos.
Piensa un poco en esto: vives en un país en el que la corrupción a nivel empresarial e institucional campa a sus anchas. En el que su gente pierde cada vez más derechos por culpa de sus gobernantes y en favor de la élites, que son ellos mismos gobernantes y sus amigos. En el que la justicia, la social y la otra, no es más que una palabra vacía que incluso ya es sinónimo de cachondeo. En el que los fiscales se convierten en abogados defensores de según que imputados. En el que todo el que acude a una manifestación es tachado de antisistema y en la que si por desgracia arden algunos contenedores, es automáticamente elevado al calificativo de peligroso radical, cuando no directamente de etarra itinerante bajo alguna de sus células.
Menos mal que para evitar tener que hacer estos calificativos, dentro de poco también será delito manifestarse, con lo que se evitará el desagradable trago de los Delegados del Gobierno de tener que hacer declaraciones al respecto. Con lo mal que lo pasan, los pobres...
En este país se destruye trabajo, y los puestos que se conservan están siendo transformados en algo tan precario que sería hasta cínico considerarlos como dignos. Aquí se suceden las reformas laborales cada vez más agresivas con los empleados y más beneficiosas para los grandes empleadores. Los autónomos están cada vez más puteados y los posibles emprendedores son conocedores de la situación y como es lógico no se atreven a dar ningún paso. De aquí se están marchando valiosísimos científicos que se llevan sus proyectos bajo el brazo a otros países que son más sensibles a los avances médicos -por ejemplo-, y que están encantados de financiar. Mientras tanto, aquí se venden hospitales como las cervezas, en packs de seis, y la sanidad abarata costes sin importarle las personas que han pagado mediante sus crecientes impuestos algo que ahora ha de copagar y repagar de nuevo.
En nuestro país se acumula la basura, el libro más leído es el de la recauchutada paleta Belén Esteban, la Princesa del Pueblo, que me cuentan que va por su novena edición. Cuando grandes literatos envidian estas cifras de ventas es que tiene que ser forzosamente bueno. El programa de TV más visto en 2013 ha sido el festival de Eurovisión, también prodigio de la cultura. La película más vista en los cines es la tercera parte de las aventuras de un señor con armadura de hierro, lo que es fantástico para dar lugar a profunas disquisiciones filosóficas, hecho que se ha producido con enorme alegría siempre que alguien ha gozado de tal prodigio cinematografico. Por su parte, el Museo del Prado ha disminuido sus visitas, seguramente porque su ínfimo nivel de calidad no satisface el ansia cultural de nuestros paisanos.
Este país se empobrece a pasos agigantados. La renta per cápita disminuye, el salario mínimo es de risa, eso de ser europeos parece no afectar en este aspecto, las pensiones prácticamente se congelan a la vez que los precios suben a través de los impuestos (IVA) o bien directamente y sin vaselina, como los servicios imprescindibles tal como la tarifa eléctrica. Nuestra deuda crece inexorablemente pese a los numerosos recortes, que, a la vista de los resultados del supuesto ahorro que habríamos de cosechar (que no ha sido tal), más bien parecen hechos desde el "joder por joder y que os den a todos".
Algunos quieren percibir pequeñas victorias de la sociedad, como es el caso de los vecinos de Burgos del barrio de Gamonal, e incluso lo ponen de ejemplo de cómo la ciudadanía ha de enfrentarse a los caprichos de sus gobernantes. Nada más lejos de la realidad. Vaticino desde aquí que el dichoso bulevar se acabará construyendo pese a quien pese y a cambio de unos caramelitos en forma de migajas para el barrio. Si es necesario proteger la obra con Policía Nacional, se hará. Si es necesario detener o apalear a cualquier elemento reticente, se detendrá o apaleará sin vacilar. Precisamente ese es el estilo de los que nos gobiernan, ya que en cierto modo les asiste la razón: nos habéis votado para que nosotros decidamos qué hacer, dicen. En las siguientes elecciones ya podréis votar a otros si no os gustamos, dicen. Así es la democracia, dicen. Os jodéis, quieren decir.
Y estamos jodidos y lo sabemos. Ellos ganan.
Y estamos jodidos y lo sabemos. Ellos ganan.
¿Para qué sirve votar? Para nada.
¿Podemos hacer algo al respecto? No. Es así, NO.
¿Podemos hacer algo al respecto? No. Es así, NO.
Bien, ¿ya has pensado en todo esto?
Vale, pues ahora deja la depresión de lado, haz como si no lo hubieses leído y recupera tu autoestima. Cancela tu afiliación a tal o cual partido, que les den por culo a todos. Deja de asistir a absurdas convocatorias o manifestaciones. Abandona toda asociación, plataforma o colectivo, no pienses como grupo, piensa en ti y tus circunstancias y en nada más. Sé rastreramente individualista y que les follen a todos. Intenta conseguir lo que deseas sin pensar en los demás (o pensando lo justito para no joder a nadie en el proceso). Ve a la tuya. No tengo ni idea de lo que quieres, pero persíguelo como si de ello dependiese tu vida.
Ahora.
Ya.
Porque mañana tampoco te van a dejar.
Vale, pues ahora deja la depresión de lado, haz como si no lo hubieses leído y recupera tu autoestima. Cancela tu afiliación a tal o cual partido, que les den por culo a todos. Deja de asistir a absurdas convocatorias o manifestaciones. Abandona toda asociación, plataforma o colectivo, no pienses como grupo, piensa en ti y tus circunstancias y en nada más. Sé rastreramente individualista y que les follen a todos. Intenta conseguir lo que deseas sin pensar en los demás (o pensando lo justito para no joder a nadie en el proceso). Ve a la tuya. No tengo ni idea de lo que quieres, pero persíguelo como si de ello dependiese tu vida.
Ahora.
Ya.
Porque mañana tampoco te van a dejar.