Viendo las argucias y estrategias que utilizan nuestros políticos para manipular las situaciones y convertir falsos argumentos en verdades monolíticas, resulta imposible negarles una capacidad de inventiva más que notable.
Pero no solo nuestros políticos son capaces de retorcer la realidad y los argumentos para arrimar el ascua a su sardina y trasladar a los demás sus responsabilidades, recordemos las declaraciones de Felipe de Borbón hace unas semanas al respecto del paro juvenil: "buena parte del paro juvenil tiene su causa en la falta de una adecuada preparación de nuestros jóvenes". ¿Será que el es príncipe por la fantástica educación que le hemos regalado sus súbditos y no por ser hijo de quién es?
Pero no era de este señor de lo que quería hablar, aunque si guarda relación con la dichosa frasecita, ya que, aunque la pronunció él, son muchos los que utilizan el mismo argumento para convertir la educación en una herramienta de manipulación social.
Es evidente que nos encontramos ante la generación mejor preparada de toda nuestra historia y que el argumento de la falta de formación no puede trasladarse a todo el conjunto de jóvenes desempleados.
Todos somos conscientes de que con una mayor formación las posibilidades de un desarrollo profesional adecuado se multiplican, siempre que el mercado laboral se encuentre en una fase expansiva, diametralmente opuesta a la actual.
Pero cuando de lo que se trata es de conseguir ciudadanos sumisos y maleables, temerosos ante un futuro incierto y resignados a asumir las miserias que la élites les asignen, la educación se convierte en una de las herramientas fundamentales.
Si además se puede conseguir desviar una ingente cantidad de recursos públicos a manos privadas, en este caso suelo y subvenciones, mejor que mejor.
Y eso es lo que pretende desarrollar la consellería de educación de la Comunitat Valenciana, ni más ni menos.
Bajo el eufemístico nombre de "Centros de Iniciativa Social" (C.I.S.) se esconden colegios e institutos concertados construidos por empresas privadas en suelo público cedido por un plazo de 75 años. Centros que recibirán las correspondientes subvenciones y que darán su particular enfoque ideológico, a pesar de funcionar con dinero público, a la educación que allí se imparta.
Otro argumento tramposo que el conseller a utilizado para fomentar los centros concertados es porque "más educación concertada es facilitar a los padres la libertad de elección" ¿?. Eso es, libertad para tragarnos lo que nos pongan delante porque no tendremos otra posibilidad para elegir. O centro concertado o centro concertado.
¡Caramba!. Y yo que pensaba que la educación debía ser pública, laica, gratuita y universal, además de igual para todos. Pero resulta que no, que a aquellos ciudadanos que no quieren beneficiarse del derecho de una educación "igual para todos" tenemos que pagarles el capricho.
Por otra parte, como los recursos no se van a destinar a la creación de nuevos centros públicos, aquellos ciudadanos que queriendo acceder a un colegio público no encuentren plaza por su escasez se verán obligados a llevar a sus hijos a un centro privado concertado. ¿Donde queda el derecho a una educación pública, laica, gratuita y universal?
Objetivo cumplido, jóvenes adoctrinados y bolsillos privados llenos.
Esto se soluciona a la antigua usanza. Bazoka y al aire.
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