domingo, 12 de enero de 2014

LA VERDAD ES QUE TODAS TIENEN UN PRECIO

Saludos, ciudadanos.

Mucho se está hablando últimamente de las subidas de impuestos que el ministro Montoro ha perpetrado desde que está en el cargo. Ahora pagan más IVA las gafas graduadas o las lentillas, seguramente para que el populacho deje de usarlas y no podamos ver así la letra pequeña de todo lo que nos vendrá a continuación.

Pero entre todas las subidas de impuestos, hay una que me resulta especialmente chocante: la subida del IVA llamado cultural a la música, el cine o el teatro -entre otros-, elevándose al 21% y despertanto rabiosas críticas de los sectores afectados. Y me resulta especialmente chocante en el caso del cine por tener éste unas características muy especiales que no son comunes al resto.

Lo primero, es que me parece una aberración semántica. Vaya por delante que no soy ni por asomo de los que consideran 'cultura' al cine. El cine es una industria como cualquier otra en la que alguien fabrica un producto, hace copias del mismo y busca potenciales clientes para que se dejen el dinero por disfrutarlo. Hasta ahí ningún problema excepto por quizá el más importante de todos: el precio. ¿No habéis notado el pequeño detalle del precio de las películas cuando vais al cine?

Todas las películas que puedes ver tienen el mismo precio. El mismo.
 
En el cine no hay discriminación de ningún tipo, ya sea de calidad (da igual que queráis ver la última genialidad de Scorsese que una chorrada mayúscula protagonizada por Adam Sandler) que de presupuesto, ya que es lo mismo asistir a la proyección de una superproducción como 'El Hobbit' en la que intervienen cientos de personas y muchísimos millones en decorados que una peli afgana con subtítulos en turco realizada en un secarral y protagonizada por un pastor y dos cabras. No se diferencia entre géneros: una comedia cuesta lo mismo que un drama y éste lo mismo que una de terror. Tampoco se diferencia entre la duración del film puesto que da igual que la historia se cuente en 80 minutos que en tres horas. Todas-tienen-el-mismo-precio.

Esto es un hecho insólito que no se produce en ningún otro producto. ¿Pagarías igual precio por un agua mineral que por un whisky escocés? ¿Por un chuletón de cordero que por una sopa de ajo? Imagina que todos los vehículos cuestan lo mismo y que puedes comprar por la misma cantidad un Seat Ibiza, que un Ferrari, que un autobús o que una retroexcavadora. No tendría sentido puesto que los costes de fabricación no son los mismos, ni son comparables la calidad de sus componentes, ¡ni siquiera sirven o están diseñados para las mismas tareas!

¿No sería más justo poner precios adecuados a cada película que se estrenase según el valor de mercado que sus dueños le quieran dar? Si yo supiese que he creado una peli estupenda que merece pagar un poco más por ella ¿Por qué no puedo ponerle un precio superior? Por el contrario, si sé que mi producto no alcanza unos límites mínimos de calidad, no puede competir con el resto e inevitablemente tendré pérdidas económicas ¿por qué no puedo abaratar el precio para intentar amortizarlo?

Me gusta el cine. De hecho, me encanta, suelo ver varias películas al día y me esfuerzo por analizar qué nos quieren trasmitir sus creadores. Pero que hasta que no pongan un precio justo por cada una de las películas que estrenan, a mi no me verán por los cines.

5 comentarios:

  1. A ver genio...y quien decide el precio?
    Anda que se te habrá secado la molla XDDD

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    1. Fácil. El precio lo deciden los exhibidores (los dueños de los cines). Que nada tienen que ver ni con la creación de la película, ni con su calidad, ni siquiera con la cultura. Son unos vendepalomitas («Sin el negocio de las palomitas, las salas de cine no podríamos subsistir»).

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  2. Bueno,es una idea. El rollito es callarse como putas cuando la peli sea buena para que el vendedor de palomitas no la suba.

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  3. Ahora que tengo un minuto y tengo tiempo.
    Lo que tu propones ya está inventado e imagino que en breve veremos que es un fenómeno que resurgirá: Los cines de reestreno.
    De hecho en Valencia creo que queda alguno.
    Es la mejor forma de ir al cine sin que te soplen un pastizal del copon.
    Yo difiero en cuanto a que el cine no es cultura.
    No será cultura ir a ver Transformers versus Predator (no se si existe), pero hay películas que son arte, y como tal, cultura.
    Anoche sin ir mas lejos, hacían una película en televisión que hay que verla en pantalla grande, Acantilado Rojo.
    Sin seguir la historia, solo escuchando su banda sonora y viendo sus imágenes, es mas que suficiente. Excede lo puramente cinematográfico.
    Ver esa película en pantalla pequeña es un crimen.
    Pero volviendo a lo de las valoraciones dinerarias, en fin, de traca.
    ¿Cómo se valoran? Entrada barata para los bodrios? Entrada barata para el buen cine?
    No tiene sentido.
    Ya ves lo que pasa con los libros...que valga 20 pavos el libro de Belen Esteban y la peña haga colas para comprarlos, es algo que nunca entenderé.
    Y luego va y nosotros, nos bajamos Juego de Tronos al ebook.
    Ahí es nada.

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  4. Anónimo1/17/2014

    Huy, Ciudadano, qué dilema.
    Creo que el cine hay que verlo en cines... la mayoría de veces.
    Y si no se puede, vale, en televisión, vídeo o lo que sea.
    Pero lo de poner precio distinto es una cuestión industrial no cultural.
    Vamos que no veo a los museos cobrando un precio por cada exposición, vas al museo y ves lo que quieras... o lo que haya. Y en ese caso creo que no hay dudas de que hablamos de cultura, porque lo que es industria de museos, en fin.
    Conste que la idea que se te ha ocurrido, además de retorcida (casi parece una justificación del pirateo masivo: como no puedo pagar precio según la calidad me quedo en casa pirateando) me parece ingeniosa y hasta digna de estudio... mándasela a los partidos políticos, para que la incluyan en los programas de la europeas.
    Pero, sea como sea, no es la calidad la que decide el precio porque, como bien sabes, suele tener poco que ver con la comercialidad... excepto honradas excepciones.
    Veamos, siempre habrá más gente dispuesta a ver una comedia tonta donde las haya (pongamos "Tres bodas de más") porque todas las televisiones de ATRESMEDIA la están anunciando... aunque sea una tomadura de pelo integral.
    Probablemente si le subieran el precio seguiría yendo más gente que a tu película afgana con las dos cabras (aunque depende de cómo se lo monten las cabras con el pastor).
    Luego no influye calidad, influye comercialidad, campaña publicitaria, inversión en marketing y, qué coño, que después de leer a la palurda en su novena edición por qué no ver un telefilm en pantalla gigante pagando lo que pidan.
    Pero el precio no sería nunca por la calidad.
    Sino por la comercialidad que se espera del producto.
    Incluso por hacerla en 3D y chorradas así.
    Y ahora me voy a cenar y luego a ver una peli... ¿me propones alguna?
    S.K.

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