15-M, COSA DE TODOS

Saludos, ciudadanos.

Ayer fue 15 de mayo, más conocido como 15-M por nosotros los perroflautas. Como sabéis -o deberíais saber- es el día en que los indignados muestran su desacuerdo hacia los poderosos por cómo estan haciendo las cosas y hacia dónde nos están llevando.

Alguien dijo hace unos días que se podía hacer algo en Puçol para demostrar que aquí también hay indignados, que no todo era ir a Valencia a sumarse a los allí existentes para participar en la gran manifestación, que una convocatoria en Puçol, por pequeña que fuese, daría visibilidad al movimiento entre nuestros vecinos. No sería la primera porque hace justo un año ya nos manifestamos algunos en esta fecha, así que también era una forma de darle continuidad a las acciones de protesta ya comenzadas.

A las siete en tal sitio, dijeron. Y allá que fui como un reloj, faltaría más. Evidentemente, simpatizo con todos los ciudadanos que luchan por una sociedad más justa y ponen su granito de arena para construirla, aunque sea desde la protesta hacia la actual, lo cual es el primer paso que hay que dar. Con la bolsa de papel calzada en el cráneo y habiéndole practicado previamente unos orificios para que los piojos pudiesen oxigenarse (los putos bichejos no tienen culpa de mi particular fashion style), llegué al punto de encuentro para comprobar que, contándome a mi, éramos cinco las almas allí congregadas.

Bien, pensé. Ya son dos más de los esperados. Aquello tenía pinta de ser un éxito.

No, no voy de coña. Es totalmente cierto, me alegré. Ya daba por hecho que seríamos como mucho cuatro gatos. Daba por hecho que los políticos que acudieron al anterior 15-M no iban a estar en éste ya que no coincidía con ninguna campaña electoral y no tendrían nada que rascar. Daba por hecho que casi ninguno de los 1.780 parados de la población estarían presentes, seguramente debido a su apretada agenda. Daba por hecho que no estaría ningún profesor de la escuela pública porque, pese a los recortes educativos que empobrecen la calidad de la enseñanza, no mueven el culo (y hacen mover el culo a sus alumnos y sus padres) más que cuando les tocan los sueldos. Lo mismo para los profesionales de la sanidad. Tambien daba por hecho que no habría ningún jubilado (y mira que hay), porque no íbamos explícitamente a defender sus pensiones y por tanto parece que no les afecta. ¿Funcionarios? Tampoco. Ellos parecen jugar en otra liga, al igual que los autónomos.

Es normal... vivimos en una cultura en la que cada uno defiende lo suyo y no existe conciencia de comunidad global, del interés general. ¿Recuerdan eso de 'divide y vencerás' que se practica desde el poder? Pues bien, esos que no acudieron son los divididos, los que seguramente serán derrotados en primer lugar por estar ya convenientemente enfilados hacia el matadero, los que primero perecerán por su afán autoexcluyente.

Es necesario cambiar esa ideología. Es imprescindible sumar las fuerzas de todos. Es de suma importancia comprender que el que tiene trabajo ha de luchar porque otros también lo tengan ya que uno de esos otros en un futuro cercano puede ser su propio hijo. Los del ramo de la sanidad han de luchar por las pensiones de los jubilados hoy y desde ya por la cuenta que les trae dentro de unos años. Los funcionarios deberían reclamar mejores políticos, que es como reclamar mejores y más preparados patrones, y los autónomos ¿porqué demonios no habrían de defender a los profesores si la educación es vital para todos?

Habríamos de ser muchísimos más mosqueteros por el interés general, todos para uno y uno para todos, pero no: allí estábamos los cinco, felices por ser cinco y contentos porque ninguno tenía pinta de Cardenal Richelieu.

Tras una marcha rápida (por lo menos íbamos a cuarenta), nos plantamos en la Plaza del Ayuntamiento, donde, oh, sorpresa, había más gente esperándonos. Entre los cinco, los que nos encontramos allí y algunos rezagados que estaban tomando birras (el perroflauta eso lo lleva en la sangre), logramos reunirnos más de una veintena de personas. Cuadruplicando el éxito inicial, que no es poco. En la misma plaza se procedió a la lectura de un breve manifiesto (con megáfono y todo, para que las multitudes más alejadas no perdiesen comba), para después dirigirnos al Salón de Plenos ya que justo en ese momento, el Secretario Autonómico de Economía, Industria y Comercio, José Monzonís Salvia, supuestamente estaba respondiendo a las preguntas de los ciudadanos acerca de la reducción del déficit de la Comunitat Valenciana. En la web municipal dicen que todos los vecinos pueden formular, directa y abiertamente todas las cuestiones que deseen sobre dichas medidas, así que, como vecinos que somos ¿qué mejor oportunidad para ir y plantearle unas preguntillas a ese señor?

Cuando entramos al Salón pudimos comprobar que los políticos de nuestra población, y pese a sus medios, tienen todavía menos poder de convocatoria que nosotros, lo cual fue un gozo que no sé ni cómo pude contener la eyaculación. Resulta que allí solo estaban los concejales (y no todos), parte de sus familias y algún agregado. Éramos mayoría y ocupamos en silencio y ordenadamente el espacio que lógicamente nos pertenece como vecinos y ciudadanos entre las butacas libres.

Qué caritas. Vaya caritas pusieron los del público al comprobar que aquello se llenaba de perroflautas, barbudos con camisetas de mercadillo, piercings, crestas lacias, un calvo gorilesco y hediondez generalizada. Pero nada comparado con los caretos del Secretario Autonómico, la alcaldesa y la concejala de hacienda, ambas flanqueando al encorbatado y pulcro invitado, que a partir de ahora verán su foto para ilustrar la expresión esa de 'tierra, trágame'.

El encorbatado Monzonís también poniendo caritas y buscando el botón del pánico

Afortunadamente, llegamos cuando el buen hombre estaba a punto de acabar su perorata para intentar inútilmente lavar la mala imagen de la Generalitat, con lo que nos ahorramos el coñazo del blablabla de siempre y a los pocos minutos comenzaba el momento de las preguntas, no sin antes comprobar cómo alguien cercano a la alcaldesa se afanó en salir corriendo pese a su tonelaje a avisar a la policía de nuestra presencia. No acabamos de entender el porqué de esa reacción ya que pese a nuestras pintas somos de lo más pacífico, pero luego lo comprendí: sería por si el señor de la corbata que estaba dando la brasa también pudiese estar implicado en el caso Urdangarín, como su colega el Secretario autonómico de Turismo.

Total, que comienza el turno de preguntas y allí nadie levanta la mano (yo creo que estaban agarrotados, en estado cataléptico o directamente zombie), y los únicos que quieren formular preguntas son los indignados, que para eso habíamos ido, a preguntar y no como los demás a hacer bulto. A la primera pregunta (a qué se debe el elevadísimo déficit de la CV), el encorbatado contesta entre sudores que la culpa es de la financiación autonómica del gobierno de Zapatero, con lo que provoca la sonrisa general (menos de los que hacían bulto) y ya nos dimos cuenta de qué iba aquello. Más preguntas posteriores (todas de indignados, que para eso éramos mayoría y las mayorías en democracia hay que respetarlas), acabaron con la rápida disolución del acto a toda prisa, poniendo el invitado pies en polvorosa. Ya fuera del Salón, algunos decían indignados que habíamos ido a reventar el acto. Bah, sería alguien poco democrático que no entiende de mayorías.

Cuando abandonamos el edificio del Ayuntamiento, celebramos la Asamblea 15-M de Puçol, en la que se trataron temas como la sanidad, la educación, las condiciones laborales, el desempleo... en fin, todo aquello que nos preocupa porque creemos que es cosa de todos.