martes, 29 de noviembre de 2011

DESFACHATEZ SIN LÍMITES.



Ya lo anunció en su momento el gran estadista Aznar, "hay que gobernar sin complejos", y desde aquel momento la derecha ultramontana de este país se dejó de poses más o menos amables para, allí donde gobiernan o han gobernado, mostrar sin ningún tipo de ambages su auténtica imagen.

La derecha catalana y catalanista tampoco se ha mostrado ajena a esta máxima, sobre todo en esta última legislatura desde que están al frente de la Generalirat, y tan asumida la tienen que, sin cortarse un pelo, colocaron de conseller de sanidad al máximo responsable de la patronal hospitalaria, el señor Boí Ruiz i García y, como no podía ser de otra manera, este individuo, desde que ocupo el cargo en la Consellería, no ha hecho otra cosa que ir degradando en la medida de sus posibilidades el entramado sanitario público para potenciar, evidentemente, su negocio de "sanidad privada".

Para ello no ha dudado en plantear las medidas más absurdas, estrambóticas y lesivas para los ciudadanos usuarios de los servicios sanitarios catalanes. El cierre de plantas de hospitales, el cierre de ambulatorios, el cierre de servicios nocturnos, la reducción del servicio de ambulancias, implican una merma brutal en la capacidad de atención y asistencia a los ciudadanos.

El inefable señor Boi Ruiz ha sido capaz de llegar aún más allá en su estrategia para destruir la sanidad pública, también pretende cobrar a los acompañantes de los enfermos por pasar la noche en los hospitales, como si de un hotel se tratará, sin tener en cuenta el enorme apoyo que suponen estas personas para los enfermos.

Pero hoy ha decidido superarse, la inventiva y creatividad de este visionario de la salud (de la salud de sus negocios) no tiene límites, y rizando el rizo, dándole la vuelta a las leyes de la mínima decencia, ha planteado que los ciudadanos, que hasta ahora tenían el derecho a una asistencia sanitaria gratuita, universal y de calidad, pasen a tener la obligación de contratar una póliza de atención sanitaria, eso si, en función de sus ingresos.

Este tipo, indudablemente, es un genio. Consigue, siendo el presidente de l'Unió Catalana d'Hospitals, llegar a conseller de sanidad. Una vez es conseller se dedica a destruir la sanidad pública para que sus hospitales privados resulten más atractivos a los ojos de los usuarios y ahora, una vez que ha puesto en ventaja a sus hospitales privados frente a los públicos, pretende obligar a los ciudadanos a pagar a sus empresas, o a otras similares, una póliza de atención sanitaria. Lo dicho, este tipo es un fenómeno.

¿Habrá aprendido la lección Mariano de sus amigos de CiU? ¿Pondrá al frente de los ministerios a personalidades tan preparadas y tan "profesionales" como este Boí Ruiz i García?

De momento ya está liado con su primera medida, la re-re-reforma laboral.

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