HAY QUE DECIRLO, OIGA: HAY UNA OLA DE ROBOS

Saludos, ciudadanos.

Hace tiempo que quería escribir sobre la oleada que robos que se está produciendo en nuestra población. De un tiempo a esta parte, se están sucediendo asaltos a casas particulares (incluso con los propietarios en el interior de las viviendas) con el resultado de robos de diversa índole. He intentado reunir datos oficiales sin éxito ya que las autoridades se muestran opacas tanto a dar cifras concretas e incluso a reconocer que existe un grave problema de seguridad para los vecinos, así que desisto en seguir haciendo el lelo.

Hoy mismo me han comentado otro episodio más -y van muchos- de esta sucesión de asaltos a viviendas, un robo "de poca monta" y escaso valor, pero que no deja de ser un delito continuado ante el cual nadie parece tomar cartas en el asunto.

Sin pretender ser alarmista, lo cierto es que hay muchísimas personas que, dada la situación, viven intranquilas y sienten un lógico miedo a poder convertirse en víctimas de esta oleada de robos. Se respira una sensación de inseguridad, de temor a ser invadido en tu propia casa concierta impunidad.

Vivimos tiempos difíciles y no es de extrañar que, lamentablemente, determinadas personas recurran a la apropiación indebida como medio de subsistencia. Cualquier objeto es susceptible de ser vendido en mercados paralelos por unas pocas monedas que pueden ser necesarias para afrontar el día a día. Todos somos conscientes del nivel de pobreza en el que viven -vivimos- muchos de nosotros. Parados de larga duración sin ingresos, deshauciados a los que han desalojado de sus casas, desesperados que, aún trabajando, ven cómo no es posible llegar a fin de mes, familias que se desestructuran a causa de la economía del hogar... y cómo no, bandas organizadas que nada tienen que ver con lo anterior y hacen del asalto con robo, e incluso con agresión si es necesario, su modus vivendi.

Estoy absolutamente seguro que tanto Policía Local como Guardia Civil están haciendo lo que pueden para atajar esta oleada, pero ya les digo desde aquí que no está siendo suficiente y es necesaria una reestructuración (al menos momentánea) de los efectivos. No es de recibo que durante esta sucesión de robos en el casco urbano, algunas zonas que ya cuentan con seguridad privada reciban (por arte de extorsión política) innecesarias patrullas a costa de dejar sin vigilancia las zonas actualmente más afectadas.

No es admisible que tengamos carencia de Guardias Civiles (los únicos con competencias para afrontar estas situaciones), y un exceso de Policía Local (cuyas limitadísimas atribuciones son conocidas), y que a la postre, estén ambos cuerpos estructuralmente mal coordinados.

No deberíamos pasar por alto la pasividad y el mirar hacia otro lado de nuestro equipo de gobierno local ante una situación que toca de lleno a la ciudadanía en su parte más sensible: su seguridad personal. Ni una sola alerta, ni llamadas de atención a los vecinos para que extremen precauciones, ni bandos informativos, ni acciones directas tal como la creación de patrullas ciudadanas... nada.

Sirva este texto para informar y a la vez concienciar a todos aquellos que lo lean. Repito que, sin querer ser alarmista, hay un hecho urgente ante el que tenemos que tomar medidas también urgentes.