Saludos, ciudadanos.
El próximo domingo 29 de mayo de 2011 -si nada cambia- será el día en que los mecanismos electorales se pongan en marcha al celebrarse las elecciones municipales y autonómicas. Los principales partidos políticos ya han empezado la carrera.
Se suceden encarnizadas luchas de poder por encabezar las listas. Yo me pongo aquí, tu allá, a Fulanito le debo ir el tercero, hay que conseguir más mujeres para la cuota políticamente correcta (valgan o no valgan), las previsiones son sacar siete concejales, así que Menganito que va el octavo en la lista está cabreado y amenaza con tirar de la manta, ¿qué coño hace ahí Zutanito, si no da palo al agua? ah... es que es cuñado del candidato y siempre está preguntando qué hay de lo suyo...
En fin, ya se imaginan que en un sistema electoral como el que tenemos, tras la confección de las listas cerradas nos solemos encontrar con verdaderos despropósitos en los que el resultado es que nunca se presentan los mejores ni los más válidos. En esas listas están los más "listos".
En realidad, todos sabemos que el menú de candidatos lo escogen -al igual que so si fuesen platos precocinados- los caciques que están al frente de las cocinas de los partidos. A la clientela electoral sólo le queda votar una lista cerrada equivalente al menú del día, por más que puedan no ser de su gusto algunos de los platos incluidos en la candidatura. Los partidos políticos -al menos los grandes- nunca van a permitir la creación de listas abiertas. Imaginen que cualquiera pueda votar al PP ¡¡pero dejando fuera al jeta de Camps!! o por el contrario, que alguien vote al PSOE sin incluir en su lista a la insufrible Leire Pajín. ¡¡El pueblo sería realmente soberano y eso no se puede permitir!!
Nonononono... todo está atado y bien atado y cuenta con un diseño tal que los electores han de tragar con "la lista de los listos", que no son ni de lejos los mejores pero que han sabido auparse a codazos, dentelladas y seguramente muchas puñaladas por la espalda a compañeros de partido.
Decía Darwin aquello de lo de la selección natural de las especies según la cual los ejemplares mejor adaptados al medio son los que tienden a sobrevivir en detrimento de los linajes e individuos menos aptos. El bueno de Darwin se refería a las especies naturales, claro está, porque si le hubiese tocado analizar la especie política, por mucho que también se comporte con ferocidad zoológica, le hubiese tenido que dar la vuelta a la teoría de la evolución.
A diferencia de lo que ocurre con las especies naturales, la selección de los individuos en la selva de la política no atiende a la promoción de los más aptos, sino a razones vinculadas a la proximidad al líder, el parentesco y en general la capacidad de adulación y/o obediencia al que manda.
Un sistema así premia por fuerza la fidelidad canina al jefe en la misma medida que castiga a las gentes de talento capaces de pensar por sí mismas o -lo que aún es peor- de hacerle sombra al líder. No extrañará, por tanto, que una ley electoral de listas cerradas como la española haya funcionado hasta ahora bajo el principio de selección de las especies de Darwin, sólo que a la inversa. Favoreciendo la mediocridad en lugar de la excelencia.
Cuanta razón tienes, amigo. Siempre es la misma cantinela, me voy de primero pero estoy el tercero... si yo voy de primero tiene que ir de cuarto mi amigo de la infancia, que es muy valido...Ya está bien señores políticos, poner un poco de sentido común... que teneis a la gente hartita de tantas mentiras, de tantas mociones de censura y de que no hayan listas abiertas... Las listas abiertas acabarian de un plumazo con los amiguismos y con la incorporación de personas que no sienten para nada el interés del pueblo y si mucho el interes propio.
ResponderEliminarNo es que tengamos lo que nos merecemos, lo que suede es que los que están no permiten la entrada de gente mucho más valida que los que hoy nos representan en todos los partidos, no se escapa ninguno para tristeza nnuestra.
Saludos