FELIZ AÑO UNO

Saludos, ciudadanos. 

Os va a parecer raro, pero os juro por mis siete hijos varones que es cierto: hoy os escribo desde el futuro.

He viajado con un DeLorean de segunda mano que me han prestado y el condensador de Fluzo me ha traido hasta finales del año 2012. No he podido viajar más allá en el tiempo porque en 2013 estaré muerto y no es cuestión de enfrentarse a paradojas.

Ciudadano Puzol momentos antes de partir.

Como sé que lo estáis deseando, lo primero es contestar a vuestras dudas. En primer lugar NO, el mundo no se acaba en 2012, los Mayas calcularon mal y todo se debe a un exceso de peyote. En segundo lugar, SÍ, conozco el número del Gordo de la lotería de 2012 y sólo puedo decir una cosa: a Fabra le ha vuelto a tocar. Su Fluzo es más espeso que el mío y debe tener más espermatocronos, así que el cabrón siempre se adelanta. Por último, hombres del pasado, os puedo confirmar lo que todos estábais esperando: la jaca esa de la lejía Neutrex está por aquí y se deja.

Pero yo he venido a lo que he venido, a dejar constancia de la situación de Puçol a finales de 2012 tras los presupuestos aprobados para ese año por la Corporación Municipal. ¿Estáis sentados? ¿Seguro? Pues venga, al turrón...

A ver si sé explicarlo para que se entienda, que no es fácil... yo inicié el viaje temporal en la plaza del Ayuntamiento para así, una vez transportado al futuro, aparecer en el mismo lugar y tener rápido acceso al Consistorio y de esta forma valorar mejor los cambios. Al intentar acceder, me extrañó que en lugar de tablón de anuncios con los bandos municipales apareciese un cartel anunciando un striptease de una tal "La loba Lola" y de inmediato comprendí que aquellas luces rojas del exterior no formaban parte de la iluminación navideña. Decepcionado al comprobar que el Ayuntamiento era una casa de putas, decidí buscar información en otro lugar porque allí nada había cambiado.

Nada mejor que preguntarle a un vecino cualquiera, pensé. Extraer información de primera mano, reunir datos a pie de calle, pulsar las sensaciones... el primero me mandó a cagar a la vía, y la segunda -una señora mayor- me lanzó con pericia un ladrillo que casi me descalabra. Un tercero que se me acercó sólo pretendía venderme "María de la güena" y costo culero. Aún así, le pregunté por la situación del pueblo, a lo que respondió con un "Fuuuuuuuuuuuu, colega" varias veces mientras movía el hombro en una suerte de tic. Poco iba a obtener de tal elemento, así que pateé unas cuantas calles del casco antigüo comprobando horrorizado que se había convertido en una especie de Bronx ché. Toneladas de basura servían de refugio a las ratas, las construcciones tenían aspecto de haber sido saqueadas varias veces, las alcantarillas emanaban fumarolas de colores a lo Blade Runner que serían hasta bonitas si no fuese por su elevadísima toxicidad, y grupos de gentes tapadas con mantas se reunían en torno a barriles metálicos a modo de improvisadas hogueras mientras cantaban viejas canciones de Al Tall.

Como mi apecto no desentonaba en absoluto con las ropas andrajosas del entorno, me uní a uno de esos grupos y allí un arrugado anciano tuerto que había sido profesor me relató con voz profunda la historia del último año, un 2012 al que habían bautizado como "Año Uno de la Era de la Rata".

Resumiendo, el viejo del ojo hueco me contó que a mediados de febrero el desempleo ya era generalizado en la población. Todos los recursos públicos se destinaron favorecer a las urbanizaciones de lujo y en marzo comenzó un éxodo masivo de los ciudadanos hacia otros lugares prósperos. La pobreza fue creciendo paulatinamenta hasta que en junio, Alfinach y Monasterios decidieron independizarse para que no se les relacionase con la chusma restante y se autodenominaron New Puzol VIP Resort. La escisión abandonó al núcleo urbano y la playa a su suerte, estableciendo el Ayuntamiento en el Club Alfinach y convirtiendo en un gueto marginal al resto de ciudadanos. Se trasladó la Iglesia de los Santos Juanes piedra a piedra a Monasterios mediante una modificación presupuestaria y eso provocó la pérdida de la Fe de los marginados, que ahora adoran a Joan Monleón y la Paella Rusa Sagrada, teniendo como único credo la tonadilla "a guanyar diners, on estàn, on estàn". El caos y la pobreza se adueñaron de los abandonados, que con suerte ahora trabajan como pornochachas o jardineros de los adinerados a golpe de látigo de siete colas a cambio de un mendrugo de pan o unas entradas para la Fórmula 1, lo que más les sobre.

Completamente abatido, decidí abandonar el lugar no sin antes agradecer al viejo del ojo hueco su exposición. Llevaba en el bolsillo un Kit Kat y se lo ofrecí generosamente pensando que aquel pobre hombre no había comido en semanas, pero fue dárselo y cuanto lo abrió chorreando lágrimas de alegría en el ojo bueno, llegó el aroma a un cercano grupo de críos que no dudaron en rajarle la garganta para apropiarse de la golosina en una cruenta batalla. Refugiándome en las sombras y un pelín acojonado, fuí hasta el DeLorean para regresar al pasado y poder alertar sobre esta futura catástrofe, pero el vehículo temporal ya no estaba allí. Habían dejado el chásis y le habían prendido fuego. Danzaban alrededor de la hoguera una tribu de Monleonetes anoréxicas cantando nosequé de la carxofa, el pollastre y la clòtxina.

Y aquí sigo. Como uno es cabezón, he conseguido comunicarme con este texto a través del blog gracias a un pakistaní que amablemente me ha cedido unos minutos de internet en su cutre-locutorio a cambio de ponerme a veinte uñas. No podré sentarme en una temporada, pero a cambio cagaré sin tener que apretar, los churros se caen sólos.

Valga este sacrificio para poner sobre aviso a la población, ahora depende de vosotros.