EN LA CUMBRE DEL CINISMO

Saludos, ciudadanos.

Hoy comienzan las cumbres del G-8 y G-20 en Huntsville, a las afueras de Toronto (Canadá). Se trata ni más ni menos de una reunión en la que estarán presentes los líderes de los países más desarrollados del mundo y algunos emergentes.

Ya les digo yo cómo van a acabar estas cumbres: como siempre, con una declaración de intenciones que no vale absolutamente para nada.

Las fuerzas y cuerpos de seguridad, como es habitual en estos casos, han blindado la ciudad para que los jerifaltes no tengan molestias a costa de provocar molestias a los propios ciudadanos en su quehacer diario. Casi 20.000 policías y guardias de seguridad están dedicados a la tarea. Uno detrás de otro. Hasta se ha construido para la ocasión una kilométrica valla de 3 metros de altura reforzada con enormes bloques de cemento y se han instalado cañones sonoros para dispersar a los manifestantes que suelen acudir a estas citas. Son elementos peligrosos, al parecer.

Para que el escenario sea bonito e idílico, se ha construido un precioso lago artificial y un pabellón para la prensa, que lo importante es salir bien en la foto.

¿Saben ustedes a cuanto asciende el coste de organizar estas cumbres?

Se estima en unos 1.000 millones de dólares.

¿Saben ustedes sobre qué van a discutir los líderes de estas cumbres?

Van a tratar el tema de que, debido a la crisis, hay que apretarse el cinturón.

Hay que joderse.