Saludos, ciudadanos.
Antes de publicar la tercera parte del artículo dedicado al pleno del 31 de mayo (que por otra parte ya está redactado a la espera de que pulse el botoncito para que aparezca en el blog), he de hacer mención a los e-mails que he recibido sobre mis comentarios acerca del secretario del Ayuntamiento.
Algunos creen que tengo algo especial contra este buen hombre. No.
De hecho, ni siquiera le conozco personalmente. Tampoco conozco personalmente ni a Zapatero ni a Rajoy, por poner un ejemplo, y eso no me impedirá opinar sobre ellos y sus actuaciones en público.
Entiendo que a ustedes poco les interesa los correos que yo pueda recibir como consecuencia de mis textos publicados. Pero como es mi primera incursión en internet (como creador de contenidos) y en este mundillo, he decidido hacer una declaración de intenciones:
Tengo la misma libertad que cualquier otro para expresar mis opiniones libremente y por el medio que mejor me parezca. Nunca, jamás, cambiaré una sola palabra de mis textos en base a coacciones, amenazas ni insultos vengan de donde vengan. El mero hecho de siquiera intentarlo sólo supondrá mi desprecio a quien se atreva a actuar de esa manera.
Sabía, intuía, suponía que un blog de estas características iba a molestar a más de uno. Lo que no pude llegar a adivinar es que fuese tan pronto. Menos mal que decidí comenzar de forma moderada. No deja de ser un objetivo cumplido el hecho de haber sido molesto a tanta gente tan rápidamente. Mis cálculos para recibir amenazas eran de un par de meses como mínimo pero veo que todo esto es más vertiginoso de lo que creía.
Eso es que la cosa funciona. Me gusta, para qué negarlo.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Escribe lo que quieras sin insultar ni faltar el respeto a nadie, lo cual nos obligaría a borrar tu comentario ya que podría constituir delito. Gracias.