Saludos, ciudadanos.
A menudo recibo correos electrónicos de lectores del blog. Me invitan a escribir artículos sobre tal o cual cosa, sugieren temas, unos me dan la enhorabuena, otros directamente me insultan y algunos hasta me amenazan. Hasta ahí todo normal. Gajes del oficio. Todos esos correos son igualmente edificantes.
El caso es que últimamente está floreciendo una nueva categoría en esos correos: la de los rumores. Ha crecido el número de mails que me desvelan chanchulletes, informaciones poco claras, noticias supuestamente confidenciales... no suelo hacer demasiado caso a todo aquello que venga sin fuentes fiables o carezca de pruebas para corroborar dichas informaciones.
Pero esta misma mañana he tenido la oportunidad de tomar un cafelito con un integrante de la coalición Acord d'Esquerres -que sabe que yo soy quien creó este blog- y no he podido resistir la tentación de preguntarle por alguna cosilla que me había llegado. Le he preguntado sin tapujos: oye... ¿es cierto eso de que el partido corre serio riesgo de disolución?
Una sonrisa cómplice se dibujó en su cara.
Una sonrisa cómplice se dibujó en su cara.