El gobierno de Zapatero sigue dando muestras de su profundo sentido neoliberal (caramba, no encuentro la N en sus siglas). Cuando ayer descubrí que está de acuerdo con desvincular los aumentos salariales del IPC y asociarlos a criterios de productividad y competitividad pensé que ya había llegado al límite de la desfachatez y la hipocresía, pero no, sigue encontrando espacio, tiempo y recorrido para seguir aumentando su alejamiento de los ciudadanos de a pié.
Hace apenas unos minutos he leído en la web de Europapress que "El Gobierno ultima una norma que legitima los 'swaps' y las cláusulas suelo de las hipotecas", todo esto sin tener en cuenta las opiniones de la patronal bancaria ni de las asociaciones de consumidores, que se han opuesto por diferentes motivos a la aprobación de este texto.
El disparate es tan grande que, de consumarse, hasta por preguntar sobre los servicios que ofrece el banco nos van a poder cobrar, impresionante.
¿Será que al señor Zapatero no le apetece trabajar en el futuro para una empresa energética como sus antecesores Aznar y González? ¿Prefiere el inminente expresidente ser colega del señor Rato? Seguramente, porqué si no resulta incomprensible tanto servilismo ante este sector.
Aunque también puede ser una cuestión de efectividad. Hartos tienen que estar Zapatero y sus secuaces de desarrollar leyes y normativas que no funcionan para el fin que habían sido pensadas. Repasemos brevemente un par de ellas.
La reforma laboral, la herramienta imprescindible para crear empleo, aun a pesar de implicar un recorte importante de los derechos de los trabajadores, inútil, desde su aplicación el paro no ha hecho más que crecer y si nos centramos en el sector más joven de la ciudadanía la cifra resulta espeluznante, 46%. Tan deplorables han sido los efectos de esta reforma que apenas un año después ha sido re-reformada, acentuando aun más su aspecto antisocial.
La reforma exprés de la intocable Constitución, cuyo fin era generar confianza en "los mercados" para que dejasen de especular con nuestra deuda soberana cuya prima de riesgo alcanzaba niveles insostenibles para nuestras arcas, además de atentar contra las más evidentes normas de la decencia política no ha servido de momento para nada, seguimos moviéndonos por encima de los 350 puntos básicos respecto de la prima de riesgo alemana.
Evidentemente estos fracasos constantes deben de resultar agotadores, aunque..., es posible que estos resultados fueran los que pretendían y fuera su voluntad generar precariedad e indefensión en los trabajadores con la reforma y la re-reforma laboral, y, a buen seguro, también esperaban los nulos efectos de la reforma constitucional, habiendo asumido que la deuda soberana iba tener que seguir pagando unos intereses desorbitados que, gracias a su capítulo tres, son de atención absolutamente prioritaria y, por ello, los servicios públicos verán reducida su financiación teniendo que ser privatizados.
Vaya, vaya con el señor del talante y el "buenrrollismo", parece que lo de socialista y obrero no va mucho con el ¿no?.
¿Por qué no os descaráis definitivamente y os olvidáis de vuestras siglas actuales, PPSOE, y las cambiáis por las de vuestro verdadero partido, PNE, Partido Neocon Español?
Seamos consecuentes, votemos diferente.
Viñeta gentileza de 1350 gramos.
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