MI VOTO IRÁ PARA... (3ª parte)

Saludos, ciudadanos.

No pertenezco a ningún partido y por tanto soy libre de votar lo que quiera (los que pertenecen a un partido creen que también, pero no es cierto). Como otros muchos, pienso de vez en cuando si dar mi voto a alguien y en ese caso, a quien. Como todavía no hemos leído los programas electorales, nos hacemos nuestras cábalas y más allá de las simpatías o antipatías que nos despierten tal o cual partido o candidato, intentamos razonar nuestro voto pensando un poco en nosotros mismos y otro poco en la comunidad.

Sigo aquí la serie de artículos en los que intentaré ir explicando el proceso de cómo se genera un voto para un partido (o no, quizá acabe en voto en blanco) a medida que se va produciendo esa tormenta de ideas que son el germen de toda decisión no alocada.

Mi voto irá para los que adopten una postura valiente ante las fiestas taurinas.

No voy a convertirme en talibán de lo antitaurino, soy consciente que hoy por hoy no es factible una erradicación inmediata y por lo sano de los festejos con toros. Sería problemático y llevaría a más problemas que beneficios. Pero eso no impide que sí se pueda plantear una progresiva reducción de estas "fiestas" a lo largo de un determinado número de años (¿10?) en los que ir suprimiendo poco a poco los días de encierros a cambio de dotar de mejores servicios y seguridad a los que se siguiesen realizando.

Incluso esto se podría hacer de acuerdo con las peñas taurinas, que también tendrían la oportunidad de organizar sus actividades con el total apoyo municipal a cambio de la progresiva reducción, y que podrían destinar el dinero de los días de toro suprimidos a invertir mejor en el ganado de los días en los que se realizasen festejos, evitando así la excesiva celebración de encierros que a causa de la baja calidad de los animales, suelen ser un absoluto fracaso.

Seamos conscientes del masivo rechazo social a los festejos taurinos (quizá no es así en nuestra zona, pero sí en el conjunto del país), lo cual llevará inexorablemente a su desaparición en un futuro no muy lejano. Ya se han realizado los primeros cambios relativos a la prohibición de las corridas de toros en las plazas y más tarde vendrán inevitablemente más supresiones a los toros en la calle, como ya se hizo anteriormente con la utilización de algunos animales en los espectáculos circenses.

Mi voto irá para los que muestren una postura valiente ante este hecho y den el primer paso, así como los sucesivos, para modificar (de forma ordenada y progresiva) las celebraciones que usen los toros reduciendo su presencia hasta su completa y definitiva eliminación.

Más nos vale comenzar a legislar en modo local en el sentido de la reducción hasta la supresión cuanto antes, porque si algún día (que ojalá no sea muy lejano), se legisla desde el parlamento y no nos pilla preparados, la caída va a ser muuuuuy dura.